La Confederación Hidrográfica del Tajo (CHT) decide restringir el uso de agua para cerca de 50.000 hectáreas situadas en la provincia de Cáceres. La comisión de desembalse celebrada este miércoles en Toledo concretó los peores augurios que tenían los regantes cacereños ante la situación de sequía. A expensas de que el tiempo seco cambie y aumenten la capacidad de los embalses por el deshielo de las sierras, la CHT considera que en estos momentos es necesario recortar en un 35% la dotación de agua para los regantes de las dos márgenes del río Alagón, la que mayor peso tiene en el regadío del norte cacereño. Además, se ha decidido otra restricción que alcanzará al 65% del agua prevista para los regantes del Árrago.
«El problema es grave y se veía venir esa decisión. Ahora solo cabe esperar que se pueda amortiguar si el tiempo cambia y llegan lluvias generosas», resume Julián Monforte, de Asaja Cáceres. «La situación es delicada y preocupante. Estaba cantada la decisión de la CHT. Veremos qué podemos sembrar en esta campaña», agrega Álvaro Simón, presidente de la comunidad de regantes de la margen izquierda del Alagón, con Coria como principal núcleo de población.
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